Amber rompió la
envoltura transparente sin cuidado alguno. Abrió el álbum y comenzó a meter las
fotos. Henry se dispuso a ayudarle, tomó una foto que tenía impresa la cara
sonriente de Amber mirando a un punto al lateral, pero al tomarla, sus dedos
sintieron algo extraño en uno de los bordes, cómo si faltara algo, notó
entonces que ese mismo lado de la foto estaba ligeramente chueco; alguien había
cortado la foto.
—Amb—llamó a
Amber, lleno de curiosidad—hey Amb, ¿por qué cortaron está foto?
Amber observó la
foto, más pequeña que las demás, la miró detenidamente por unos segundos y
luego sonrió, sin entusiasmo.
—Yo la corte.
Henry esperó a
que Amber continuara, y ella así lo hizo, aunque lentamente y con ligera
precaución en sus palabras.
—Tengo un fuerte
ideal acerca del amor y la amistad, Henry. Si la amistad o el amor se acaban,
también se acaban las fotos.
Henry volvió la
mirada hacía la foto, ahora sólo de Amber. La foto mostraba a Amber feliz, con
los ojos vueltos una tierna y agradable curva de felicidad, pero atentos a
quién quiera que fuera la otra persona.
— ¿Con quién
estabas? —cuestionó Henry, ligeramente inquieto.
Amber tomó un
fajo de fotos y las metió en el álbum antes de contestar.
—Con un exnovio.
El último.
Henry se
estremeció un poco, pero agradecía la sinceridad de Liu. Ambos se quedaron
callados un rato, y Henry tomó la foto de Amber entre sus manos, la acarició
con las yemas de los dedos, y al fin dijo:
—Si nuestro amor
se termina, o incluso si también termina nuestra amistad, por favor, no alejes
mi rostro del tuyo en nuestros recuerdos.
Amber lo miró,
con las pestañas yendo y viniendo rápidamente. Separó los labios con lentitud,
pero no encontró nada para decir. Así que colocó su mano sobre la de Henry, y
asintió.
—Promételo—exigió
Henry, con un tono de voz que nunca usaba con ella.
Los ojos de
Amber tintinearon, con algo próximo a las lágrimas.
—Lo prometo—aseguró,
sintiendo que toda la piel le temblaba.
Henry la acercó
con sólo una mano, tirando de ella en un abrazo, y la quijada de él cayó sobre
el grácil hombro de ella.
—No me alejes de
ti—susurró él, y de nueva cuenta, ella lo único que pudo hacer fue asentir.
Esto llegó a mí debido al libro Las pequeñas memorias de José Saramago. La madre del autor tenía la misma convicción que Amber aquí, en este diminuto escrito.
Me gustó la idea, y decidí llevarla a cabo sólo un poco.
Son mis recuerdos así que, puedo elegir que conservar y que no.
Son mis recuerdos así que, puedo elegir que conservar y que no.
OMR!! TT________TT me encanto *o* Ame cuando henry le dijo que lo prometiera <3
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